Feliz Navidad… sí Feliz Navidad

Feliz Navidad, parece un deseo inocuo, pero no lo es. Recordemos que hace un par de años en los EEUU se hizo un gran revuelo de que los grandes almacenes expresaran este deseo a sus clientes, teniendo en cuenta que la navidad es claramente una tradición cristiana y que por lo tanto podía incomodar a los clientes que profesaran otras religiones.

Aterrizados ya en España y a título particular me planteé el dilema de cómo dirigirme a mis allegados, pero también a mis contactos profesionales. Después de pensarlo un momento (corto) decidí felicitar la Navidad, no me vale con desear Felices Fiestas, principalmente porque las actuales fiestas no incitan a ningún tipo de reflexión más que a la de decidir si quiero un GPS o un Móvil 3G. Estoy convencido que cualquier persona medianamente reflexiva que practique otra fe se dará cuenta que mi deseo está significativamete más cerca de los suyos que de los del consumismo.

De hecho cualquier creyente es por definición alguien que tiene en cuenta las tradiciones y mantiene la importancia de los valores. Claramente mi deseo se aleja de los agnósticos poco reflexivos (también los hay reflexivos y de esos no opino) y que se dejan llevar por «la Ola».

Tengo que reconocer que, después de lo dicho, me dejo arrastrar como el resto a convertir estas fiestas en un sinsentido consumista, pero dentro de reconocer esta debilidad pienso en recuperar la tradición de Niño Jesús y Reyes y abandonar la de Papa Nöel, siendo esta última difícil de vincular con la tradición cristiana por mucho que le llamemos Santa Klaus.

Decía alguien mucho más inteligente que yo que sabiduría es aquello que queda después de haber sabido mucho y haberlo olvidado todo. Si me puedo permitir la matización, siempre que el que lo haya hecho sea tremendamente inteligente.

La clave de mantener las tradiciones es poder afrontar abiertamente el futuro con algún punto de referencia, después respetar la tradición o adoptar la revolución depende de la inteligencia. En el fondo las tradiciones son buenas cornamusas que nos tienen que dejar cazar o amollar las amarras para poder capear «la Ola».