Bibiana Aído y la nueva ley del aborto. ¿Va en serio?

Ya comenté en un post anterior que hay ciertos temas que deben trascender a las decisiones políticas. El aborto, la eutanasia, las nucleares,… son decisiones que tienen que tomarse con un amplio consenso político y una enorme información técnica.

La nueva ley del aborto (tema de los anteriores) tiene que intentar mejorar la anterior y por tanto me gustaría que los criterios se fundaran en el primer párrafo. Pues NO. El Gobierno la ha asignado al más «político» de todos los ministerios y al que por el momento menos le ha lucido la presencia. Es como si Zapatero dijese «Chata te cedo este tema para que luzcas de una vez». Pero las pruebas con gaseosa, no con el aborto.

Los comentarios que he leído en la prensa son pavorosos. Quieren hacer un listado de Médicos de la sanidad pública que objetan hacer abortos por temas morales. Se sospecha que reciben presiones de sus superiores para no realizarlos. La solución será garantizar que en los departamentos de planificación familiar hay suficientes médicos no objetores. Por lo tanto, no solo me presiona el jefe sino que me echa la Ministra.

Estoy convencido de que los médicos públicos son fantásticos profesionales. También, que en las comunidades más conservadoras hay más objetores que en las no conservadoras. También que para muchos médicos la objeción no debe ser un todo o nada, porque, si entiendo bien, hay situaciones en las que deben escojer entre la vida de la madre o del niño, por lo tanto dudo que una Ministra pueda modificar los criterios de años de experiencia (y siglos de práctica médica).

La profesión médica tiene un fuerte componente ético desde el juramento Hipocrático. No por estár cada día más pautada y estandarizada debe alejarse de ello. No porque una mujer embarazada (probablemente en una situación personal y familiar difícil ante la que mantengo todo mi respeto) tenga dificultades para encontrar un médico que le practique un aborto (en situaciones de gestación y salud por determinar) tenemos que emprender una caza de brujas. Tengo la impresión que por el momento tenemos más escándalos por los excesos en este tema (las clínicas de Barcelona) que por los defectos.

Zapatero y la Ministra tendrán que pensar que pasaría si los médicos pudieran apartarles de sus ministerios atendiendo a sus criterios éticos.

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