Mete la cabeza en el agua para sacarla de la arena

avestruzNo se si será verdad, pero  se dice que las avestruces, cuando tienen miedo, meten la cabeza en la arena para protegerse del peligro. La leyenda sigue diciendo que con la cabeza hundida se lían a patadas contra todo lo que se mueva con sus poderosísimas extremidades. Yo juraría, por sentido común, que lo mejor que puede hacer una avestruz con sus patas es echar a correr. Pero demos la leyenda por buena hoy.

Cada año alrededor de Semana Santa me pego el primer baño en el mar, a veces es durante las fiestas, a veces cae en mayo. Este año ha sido más tarde, el pasado fin de semana.

El proceso suele ser largo, empiezo metiendo los pies… y maldiciendo la condenada temperatura del agua. Cuanto más pronto en el año más la maldigo. Sigo adentrándome, poco a poco. Normalmente es un evento que hago acompañado, de mi mujer, de algún hermano, para estar alturas ya me han pegado cuatro gritos por lo lento que voy.

El cuerpo se va acostumbrando, cuando el agua está muy fría incluso al dolor que provoca. Más allá de las rodillas todas las tensiones y preocupaciones acumuladas durante el invierno se vienen a la cabeza a borbotones, duelen casi tanto como el agua.

Baño en el marLLegados a un punto, normalmente por  encima de cualquier parte impúdica, hay que tomar una decisión y después de un momento de colapso, normalmente de espadas, me entrego al mar. Primero todo el cuerpo, finalmente la cabeza. Se hace el silencio, mejor dicho, solo aquel sonido de las pocas burbujas que salen por la nariz, un sonido igual al de hace uno, dos, veinte, treinta años, igual el mio que el de los millones de otras personas durante siglos.

 

Las preocupaciones desaparecen, a veces explotan como las burbujas, otras se diluyen en el agua. Al sacar la cabeza vuelvo a la realidad  pero sin ellas.

Especialmente en un año como este os recomiendo el primer baño en el mar. Pronto, frio.

Y si esta fuera, finalmente, nuestra crisis

Semana Santa nos libere de los nubarrones

semana-santa-granadaEmpezando por uno que yo sé, hemos estado tremendamente obsesionados por la crisis, no es para menos, los datos siguen siendo pavorosos.

No es menos cierto que, si eso de la confianza tiene algo de cierto, más nos vale hacer un «break» santo para recobrarla, quizá no la confianza, pero sí los ánimos.

Esto de las crisis tiene el risgo de bloquear a las personas, al menos yo le dedico demasiado tiempo de CPU buscando e interpretando la última noticia e intentando hacer proyecciones de futuro.

Ojalá esta Semana Santa nos sirva para volver a estar concentrados en el tajo a los trabajadores…

… y poner medios para que se resuelvan problemas reales a los políticos.

Ahí queda eso.

Y si esta fuera, finalmente, nuestra crisis

Seamos optimistas, que el batacazo de los precios inmobiliarios sea rápido