Jesús Caldera sigue en sus trece, a ver si perdemos competitividad

Jesús Caldera sigue insistiendo en reducir la jornada laboral, en las últimas declaraciones defiende la jornada semanal de cuatro días y la jornada contínua en vez de la flexibilidad laboral

Ya he comentado mil veces que es el momento de hacer cambios incómodos, cuando antes mejor: Más pronto se notarán en la economía y más lejos estarán de las próximas elecciones.

El hecho de haber ido contracorriente con respecto a Europa nos está pasando factura, mientras ellos pasaban por una época de estancamiento, el BCE bajaba los tipos de interés y en España se desataba la burbuja inmobiliaria y la superinflación de los pisos.

Ahora que Europa tiene problemas de inflación, no solo porque suba el petróleo sino porque las economías no van tan mal, resulta que España pega el tropezón,… y el BCE nos sube los tipos de interés.

Pero da igual, Caldera a su rollo, como ya no está en el gobierno, está en una fundación, pues ya vale «digo lo que quiero». Parece que esto de las fundaciones no le sienta bien a los expolíticos (vésase el caso de Aznar y la FAES).

Así nos va que estamos entre los países de la cola de Europa en innovación, y que el Financial Times habla de crack y no de aterrizaje suave en la economía española.

Tenemos que hacer un gran esfuerzo en España por compartir ciclo con el reto de europeos, especialmente ahora que vamos a peor, pero para esto hace falta que el gobierno re-ac-cio-ne.

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Visión a 50 años, crisis energética, necesitamos la innovación

Hoy he pasado por la oficina de una gran empresa de telecomunicaciones. El la pared del despacho de la persona que iba a visitar había (bien enmarcado, por cierto) un mapa de la innovación de los próximos 50 años. Era un mapa totalmente voluntarista, pero que establecía una línea de tiempos para las innovaciones en las que hemos soñado todos.

Mezclaba la fantasía con la ciencia. Establecía casi para mañana una capacidad de computación para las máquinas más grandes equivalente a la de la mente humana; dentro de unos 20 años teníamos un jardinero robotizado e inteligente; de 30 una base lunar del tamaño de un pequeño pueblo; dentro de 40 teníamos finalmente la energía por fusión del átomo; dentro de 50 contacto comprobable con una civilización extaterrestre.

El pequeño problema es que la fuente de energía en base a la fusión del átomo, la considerada como «inagotable», lo pone en unas fechas que para mí ya son irrelevantes y en un horizonte equivalente al de la certeza de la vida extraterrestre desarrollada. Urghhh!

Parece que la escasez energética nos va a acompañar durante rato.

La otra reflexión es que si nadie se dedicara imaginar y a intentar desarrollar proyectos descabellados la humanidad no avanzaría, el caso más emblemático es el de Julio Verne, que visionó el viaje a la luna y el submarino entre otros.

La innovación no es solamente necesaria por el bien de la humanidad sino también por el bien de nuestra economía, si innovamos desarrollaremos factores diferenciales (productos, procesos que aumenten nuestra productividad) que son indispensables para nuestra competitividad económica.

Países como Finlandia han apostado por la innovación de manera muy focalizada para generar campeones internos como Nokia. En España el «que inventen otros» y el poco gasto en I+D tradicional nos han lastrado desde siempre.

La apuesta de Zapatero por Cristina Garmendia para Innovación tiene buena pinta siempre que le dejen hacer, aunque estemos en crisis galopante es clave desencadenar el proceso para lanzar de una vez por todas la I+D en este país. La apuesta por las energías renovables, como país consumidor a la vez de como país productor puede ser un factor diferenciador.

Pensemos en un horizonte lejano, escojamos a las personas clave, reforcemos la iniciativa privada y académica, asignemos recursos.

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Cultura, innovación, investigación… ¡Premio!

manosobremano.jpgGilberto Gil, ministro de cultura del gobierno brasileño parece que está en favor de la cultura Hacker. La pregunta que le hicieron tenía trampa, la respuesta también. Él está en favor de el trabajo innovador, creativo, colaborativo. Eso no implica ningún fin sino un modo de trabajo.

También añadió que Internet y las nuevas tecnologías son la oportunidad para el enriquecimiento cultural de las generaciones más jóvenes.

Difícil dilema, la cultura es cultura en la medida en que es compartida El Himno a la Alegria de Miguel Rios es cultura en la medida en que somos muchos en tararearlo.

La civilización humana se habría desarrollado más rápidamente si la cultura hubiera fluido más rápidamente a su vez y, por ejemplo, no hubiésemos perdido el número 0 (cero) durante siglos desde que los árabes lo descubrieron.

También es verdad que la industria farmacéutica es una de las que más invierten en innovación gracias a que tiene unos beneficios… digamos que saludables.

Es un equilibrio difícil que es cultura y ciencia (lo que deberíamos compartir) y lo que es creación e innovación lo que deberíamos premiar.

Quizá la palabra clave es esa, PREMIAR, más que remunerar. Quizá a los artistas hay que premiarles por su creatividad pero pagarles por su trabajo (me temo que eso haría currar mucho más a alguno de ellos).

Curiosamente hoy en día lo más similar a un premio es cuando a un emprendedor le compran su Start-up por unos cuantos millones de euros y después vienen otros y se dedican a trabajar en su desarrollo.

Por cierto, para los investigadores un poco más de REMUNERAR, porque premios tocan a muy pocos.

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