En esta sociedad loca en la que vivimos, a veces nos cuesta aguantarnos a nosotros mismos. No digamos ya a nuestra pareja. Los divorcios reales y virtuales (parejas que conviven sin casarse) están a la orden del día.
Antes se decía que muchas parejas arreglaban sus matrimonios trayendo un hijo al mundo. Tengo la impresión de que eso era más un parche que una solución, en todo caso a día de hoy hay muchas parejas que no tienen ninguno.
Mi experiencia personal es que los hijos tienen dos efectos:
Hace que las parejas dejen de mirarse al ombligo, nos damos cuenta que la vida no es un eterno noviazgo, ni que por ley natural debe serlo. Además hace que las parejas tengan que arrimar el hombro en un objetivo común más allá del viaje del próximo verano. Un objetivo externo a los deseos únicos de la pareja. Suele decirse que la mujer se olvida del marido hasta que los hijos tienen 30 años.
El segundo efecto es que en casa empiezan a coexistir no solo dos, sino tres, cuatro o cinco estados de ánimo a la vez. Los niños pueden estar igualmente contentos, tristes, decepcionados, melanólicos, aturdidos, impresionados, obsesionados, desganados que los padres.
Siempre tendemos a hablar de los estados de ánimo que los hijos tienen como resultado de sus padres, cómo reaccionan. Pero ellos tienen sus otras influencias, el cole, los amigos, la tele.
Si ya es difícil aguantarnos a nosotros mismos, lo es todavía más lograr tutelar los estados de ánimo de los niños, interpretar cuándo algo no les va bien, cuando tienen algo dentro que es bueno que saquen, entender que hay cosas que ni ellos mismos son capaces de verbalizar y que les está influyendo.
Los nuestros todavía son jóvenes, se dice que los problemas de baba son mucho menores que los de barba, en todo caso a nivel personal ya encuentro grandes retos en entender (eso no quiere decir consentir) a los nuestros desde que cumplen los cinco o 6 años.
En la época de mis padres y abuelos las cosas estaban más pautadas, la educación y convivencia más estructuradas, los roles más definidos y más focalizados (mujeres, hombres,…). Cada generación tiene su reto.
Los hombres desean más tener hijos que las mujeres
Los amigos del colegio… con cuarenta años
los padres cuarentones parecemos delincuentes
Ejemplo+educación=Familia+amor
Contra el Terrorismo Machista: ¡Reinventar La Familia!
Filed under: cuarentón, educación, Familia, Opinión, tradiciones | Tagged: buena educación, carácter de los hijos, educación, estado de ánimo, Familia, hijos | 2 Comments »